El centro comunitario de Tahaddi está situado en la zona de Hay El Gharbeh de Beirut, donde una plantilla de 50 médicos, enfermeros, educadores, trabajadores sociales y administradores presta servicios que incluyen escuela formal para niños, educación para adultos, salud y servicio social. La organización comenzó en 2008 y originalmente trabajaba con la población dom (una minoría étnica en el Líbano), pero en 2016 empezaron a ver una gran afluencia de refugiados desplazados por el conflicto en Siria que se trasladaban a la comunidad que apoyaban. Se dieron cuenta de que tenían que mejorar sus procesos y herramientas internas para no verse desbordados por esta afluencia y el consiguiente aumento de la demanda de sus servicios.
En 2018 Tutator comenzó a trabajar con Tahaddi para desarrollar un sistema que les permitiera gestionar todos los servicios que prestaban en su centro comunitario.
Tutator colaboró estrechamente con el equipo de Tahaddi para recopilar y documentar los requisitos del sistema y, a continuación, inició el desarrollo del software. Entre los distintos módulos que había que desarrollar se encontraban:
Una vez que el sistema esté totalmente desplegado y operativo, el equipo de Tahaddi verá un salto en su productividad y, con la misma cantidad de recursos de que dispone actualmente, podrá atender a más personas.
También tendrán acceso en tiempo real a los expedientes individuales de cada familia y beneficiario, lo que les permitirá mejorar la calidad y la rapidez de los servicios que prestan.
Luego, una vez que el sistema lleve unos meses funcionando, podrán utilizar cualquier herramienta de inteligencia empresarial para analizar los datos, decidir dónde aplicar más o menos recursos e informar a las personas y organizaciones que les apoyan sobre el impacto que tienen los fondos que están aportando.
Trabajar con un equipo tan dedicado como el de Tahaddi ha sido una experiencia edificante para todo el personal de Tutator, pero no ha venido sin algunos retos especiales que han requerido soluciones creativas y un duro trabajo para superarlos.
Las comunicaciones son siempre fundamentales y para este proyecto, debido a la diferencia horaria entre el equipo de desarrollo y las sedes del equipo de Tahaddi (10 horas), hubo que hacer ajustes. La escasa fiabilidad de la infraestructura de Internet dificultó el uso de herramientas de videoconferencia, lo que añadió otra capa de complejidad a las comunicaciones.
La naturaleza cambiante de los requisitos para la herramienta de software también ha sido un reto, causando frustración en ambas partes, por no mencionar los numerosos retrasos.
Desde el punto de vista del despliegue, la infraestructura informática y de red disponible en el centro comunitario de Tahaddi es muy limitada (velocidad y fiabilidad limitadas de los enlaces de microondas entre los edificios y hacia/desde Internet, corte de electricidad nocturno, cobertura móvil limitada en la zona) y esto ha dificultado las cosas no sólo para el despliegue sino también para el desarrollo del software.