Es innegable el alto crecimiento que han tenido las tecnologías de la información y comunicación (TICs) en las últimas décadas. Pero, cabe preguntarse ¿cómo este desarrollo tecnológico impacta en los derechos de las personas? o ¿puede la tecnología mejorar el ejercicio de derechos humanos? De hecho, la tecnología siempre ha estado presente en las sociedades alrededor del mundo, con un propósito de mejorar la calidad de vida de las personas. En ese sentido, si comprendemos a los derechos humanos como exigencias éticas particularmente importantes para las personas, las tecnologías ciertamente tendrían que centrarse en éstos para cumplir su fin de mejorar la calidad de vida.
Estos conceptos serán desarrollados en una serie de 4 artículos, de los cuales este es el primero.
En este primer acercamiento, tenemos la intención de presentar un breve análisis de cuál es el lugar de la tecnología en la dinámica de la sociedad. En los siguientes, comenzaremos a profundizar sobre su relación con los derechos humanos, para concluir con una experiencia práctica en Nicaragua.. Así, los invitamos a acompañarnos por este camino.
Las últimas décadas han sido caracterizadas por un alto avance de las tecnologías. “los objetos más domésticos y cotidianos también son productos tecnológicos: los libros, la ropa que vestimos o los bolígrafos no han estado siempre ahí, surgieron a raíz de un descubrimiento o de una invención en un momento determinado de la historia; también fueron, en su día, tecnología punta». [1]
Sin embargo, como sostiene el Centro para la Innovación y Desarrollo de la Educación a Distancia (CIDE AD):
“los objetos más domésticos y cotidianos también son productos tecnológicos: los libros, la ropa que vestimos o los bolígrafos no han estado siempre ahí, surgieron a raíz de un descubrimiento o de una invención en un momento determinado de la historia; también fueron, en su día, tecnología punta».[1]
En ese sentido, la tecnología acompañó a la humanidad desde las primeras culturas e incluso antes. En el paleolítico se dieron los primeros avances tecnológicos con utensilios en piedra y el descubrimiento de generar fuego. Por eso, la actividad tecnológica, la curiosidad por modificar nuestro entorno para mejorar nuestras condiciones de vida, es algo tan viejo como la humanidad.
Esta breve reseña permite identificar una característica de las tecnologías, o más bien el objetivo de las mismas: modificar nuestro entorno para mejorar nuestras condiciones de vida. En otras palabras, las tecnologías tienen por objetivo la mejora en el desarrollo de bienes, procesos y/o servicios que permitan satisfacer las necesidades humanas. En efecto, el Banco Mundial sostiene que “la tecnología es la piedra angular del progreso y el desarrollo del ser humano. A ella se debe gran parte de los avances económicos y sociales realizados en los últimos siglos y será útil para resolver los problemas ambientales en el siglo XXI”.. .[2]
Así, las tecnologías pueden coadyuvar a una mejor convivencia humana. Pero, se debe notar que también pueden ser utilizadas para todo lo contrario (recordemos que la carrera armamentística también es fuente de tecnología). Por esa razón, en esta serie de artículos se propone la conexión entre derechos humanos y tecnología, considerando a los primeros como el sustento y guía que pueda enfocar el proceso tecnológico hacia objetivos de bien social.
Siguiendo la línea del avance tecnológico, en las últimas décadas se presentó un surgimiento de nuevas tecnologías, entre ellas las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs)[3]. Esta tecnología ha cobrado una gran importancia a nivel mundial debido a su capacidad de transformar continuamente el entorno económico y social. Según Spence (2011), citado por la Fundación para la Educación y el Desarrollo, el impacto económico de las redes basadas en computadoras se ha desarrollado en tres tendencias que se traslapan:
Sobre el análisis planteado por Spence, se identifica también el impacto en lo social, político y operativo institucional. Así, este tipo de tecnologías han permitido:
Para dimensionar el alto crecimiento de las TICs, Google publicó unos datos en el año 2012 en los que se muestra una comparativa sobre la cantidad de datos que se generan en el internet cada mes, pasando de 1 petabyte al mes en 1995 a 27,483 petabytes al mes en el 2011.[5] Por otro lado, muestra como hemos crecido los usuarios de Internet, de los 100 millones en 1996 a los 2,27 mil millones en el 2011, cerca de un tercio de la población del planeta.[6]
Son datos significativos en los que se evidencia que la tecnología -actualmente- impacta en muchas facetas de la sociedad y de la vida humana; situación que para el 2020 se estima tuvo un crecimiento en progresión geométrica, considerando el fuerte impulso que tuvieron estas tecnologías por el contexto de pandemia que vive el mundo entero.
¿Cómo estas tecnologías pueden realmente ayudar a los servicios sociales? ¿Tienen relación con los Derechos Humanos? La respuesta es “sí”, los invitamos a leer los siguientes artículos donde profundizaremos en estos temas.